domingo, 3 de noviembre de 2013

SU VERDADERO YO



Siempre supe que no era para mi, desafortunadamente me enamoré, y me enamoré como nunca antes lo había hecho de otra persona.

Amé su nobleza, su manera de poner todo para que las cosas que quiere salgan bien, y odié ver como las personas se aprovechaban de eso, amé su dedicación para hacer todo, su entrega, su sinceridad, su caballerosidad, amé la forma en que me protegía, me cuidaba, me ayudaba en todo.

Podía sentir el amor en sus abrazos, en sus palabras, en sus besos... y ahora no siento nada... cuando me abraza, cuando me habla, cuando me besa, ya no siento su amor, solo siento el mio abrazando al vacío, besando traiciones, tragando mentiras.

Con todos sus actos mi concepto de esa persona ah cambiado totalmente, ¿Cómo estar con una persona a la que ya se desconoce?, ¿Cómo confiar cuando las mentiras siguen saliendo a la luz? Ah sido cruel, insultante, ofensivo, humillante... ¿Cómo saber si no es así realmente? ¿Cómo creer cuando se ah esforzado demasiado en burlarse de mi?

Tanta insistencia, tantas promesas, tantos juramentos, tanto tiempo fue lo que me hizo apostar todo por esa persona, entregarlo todo sin medirme en nada, quería compensar todo lo malo que alguna vez causé, cambié por esa persona y a esa persona no le importó, todos esos años los mandó a la basura de la noche a la mañana.

Y yo... no tengo por qué sufrir, se sufre por lo que vale la pena y esa persona se ah cansado de demostrarme que no la vale, yo merezco otras cosas mil veces mejores, y no tengo por qué sentirme mal ni cargar con tanta inseguridad, esa inseguridad que no nace de mi, esa inseguridad que me provoca esa persona....

sábado, 8 de junio de 2013

LOS RECUERDOS QUE ME DEJÓ


      No me pregunten qué es lo que espero, lo que pretendo, lo que quiero, por que ni yo misma lo se, he caído en un circulo vicioso del que ya no encuentro salida, los sentimientos se arremolinan en mi interior, chocando uno con otro intentando probar cual de todos ellos es más fuerte.
A cual de todos tengo que hacerle caso?

      El amor escondido en un rincón, con la cabeza baja y la mirada perdida, abrazando a la dignidad que agoniza entre sus brazos, protegiéndola de los golpes del engaño, la traición y la mentira, que hacen de su agonía un tormento, con la esperanza muerta a sus pies, torturada por el abandono, las ofensas, los insultos y  el rechazo.

      Con el odio, el coraje, la venganza y el rencor cobrando fuerzas a base de esa otra persona, compitiendo para probar quién es más fuerte, viendo derrotado al amor que alguna vez los superó, que alguna vez casi los hizo desaparecer.
      La tristeza es inmensa, se apodera de cada uno de mis pensamientos, haciendo desfallecer a los sueños, poniendo en duda las metas, frenando el camino hacia la grandeza.

      Morirá el amor protegiendo a la dignidad mientras que ésta cobra fuerzas, mientras crece nuevamente para apaciguar a los demás, para proteger el alma de los golpes de terceros, para hacer renacer al amor.
Partió de mi vida sin mirar hacia atrás, sin preocuparse por mis sentimientos, por mi dolor, y yo hasta ahora sigo preocupándome por cada paso que da, ignorando mis propios sentimientos dejando que golpeen mi dignidad.

      Pero ahora es mi turno de partir, guardando todo lo que siento, aguantando el amor que alguna vez me hizo feliz y hoy me mata poco a poco.

Y a veces me pregunto si en verdad sigo amándolo a él o lo que amo son solo los recuerdos que me dejó...

viernes, 8 de marzo de 2013

LA ÚLTIMA VEZ


     No sabía lo que buscaba, para mí las cosas estaban más que claras, aún así busqué un último encuentro, verlo por última vez y comprobar todo lo que mi corazón se negaba a aceptar.
     Cuando me comentó que la única manera de vernos sería en su casa imaginé lo que el quería y al mismo tiempo en lo profundo de mi sentir yo también deseaba. Entonces acepté.
     Cuando llegué a donde concertamos la cita lo miré de lejos y se veía fastidiado, me saludo normal y me llevó hasta el coche en donde bromeamos un poco y discutimos sobre lo que comeríamos.

     Llegamos a su casa y comimos tranquilamente conversando de una cosa y de otra, ya cuando habíamos terminado ninguno de los dos se atrevía a sacar la conversación, yo sentada en un sillón y él recostado en el otro me pidió que me recostara un rato con él mientras veíamos un partido de futbol por la televisión, cuando comenzaba a dormitar él acarició mi cabeza diciéndome que me subiera a dormir un rato a su recamara a lo cual me negué, no quería subir sola, y entonces comenzó, empezó por besarme muy apasionadamente para ir metiendo sus manos lentamente bajo mi blusa y acariciar mis pechos de la manera en que solamente él sabía hacerlo, besando mi cuello para ir bajando poco a poco hasta mis senos y meterlos en su boca lamiéndolos hasta poner duros mis pezones, mientras con su mano acariciaba mi sexo ya húmedo por el rose de nuestros cuerpos, mi cuerpo pedía más pero mi mente vagaba de un pensamiento a otro, sabiendo que en nuestro encuentro ya no había amor, solo pasión, calentura o como quieran llamarlo.

     Subimos a su habitación en donde lentamente me desnudó con calma mientras seguía besando cada centímetro de mi piel, besaba mi abdomen mientras me quitaba los jeans junto con mi ropa interior, fue bajando hasta llegar a mi sexo para comenzar a lamer mis labios y chupar mi clítoris mientras yo me perdía de placer, tocando su cabeza y gimiendo quedito para que nadie nos escuchara, deseaba tanto tenerlo ya dentro de mi, pero el alargaba mi agonía y seguía comiéndome a besos, estrujando mis pechos, rozando su miembro con mi clítoris haciéndome perder la cabeza.

     Cuando por fin sentí su pene erecto abriéndose paso entre mis labios vaginales dispuesto a penetrarme, sentí un vuelco en el corazón que me hizo estremecer, me retorcía de placer mientras el lentamente introducía su miembro y yo no dejaba de jadear acariciando mi clítoris, ya no podía pensar en nada más que en ese placer intenso que estaba sintiendo, quizá el saber que sería la última vez me hacía disfrutarlo tanto, cerraba mis ojos para intensificar las sensaciones que me estaba provocando, respirando rápidamente, diciéndole cuanto lo había extrañado dentro de mi, pidiendo más y más y él moviéndose cada vez más rápido hasta hacerme llegar al orgasmo, un orgasmo intenso que me hizo gritar, contrayendo mis músculos, dejándome perdida por unos instantes.

     Entonces llego esa sensación extraña, esa que me hizo comenzar a derramar una a una lágrimas de dolor, pero no de dolor físico, era un dolor en el alma, en el corazón, de esos que hacen ahogar tus palabras, y las lágrimas sólo brotan en silencio.
     Recordaba cuántas veces habíamos hecho el amor anteriormente y cómo en cada una de esas veces yo sabía que lo hacíamos con un sentimiento mutuo intenso, que cada caricia, cada beso, cada cogida era con amor... Pero las cosas ahora eran diferentes, ahora yo sabía que él no me quería más, que ya no sentía nada por mi, que yo ya no era importante para él aunque él para mi aún lo era todo. 
     Él me abrazó por detrás y me preguntó qué pasaba, pero eso me hizo sentir peor, no quería su lástima, deseaba detenerme pero mis lágrimas seguían escurriendo sin un solo sollozo, y me sentí como una niña tonta que no podía separar los sentimientos del sexo, él comenzó a besarme nuevamente preparándome para embestirme una vez más, y lo sentí nuevamente dentro de mi, regalándome ese placer como premio de consolación, yo lo disfrutaba enormemente, mi cuerpo quería que ese momento nunca terminara, pero mi corazón y mi alma  sintiéndose vacíos me hacían sentir que todo estaba mal, que no debía seguirme entregando a alguien que  ya no sentía nada por mi, seguimos gimiendo de placer hasta que él terminó. nos recostamos un momento y yo no podía dejar de pensar en que él ya no me quería, en que yo para él ya no significaba nada, y se produjo en mi una sensación que me mataba, nuestra historia de amor recorrió en un segundo mi mente, viendo todo derrumbado y muerta la esperanza junto con ese último orgasmo...